¿Qué harías si pudieras agitar una varita mágica?

Los Reyes Magos me han regalado este juego de cartas que invitan a la reflexión. Hoy, mi primera carta ha sido esta.

Yo, a lo Miss Universo pidiendo la paz en el mundo, pediría el despertar de la humanidad medioambiental. Entender que el planeta no nos pertenece, que somos solo unos de sus habitantes, pero que, por el bien de nuestra propia existencia, tenemos no solo la obligación, sino el deber de cuidarlo.

Y esto va más allá de reciclar, de ser respetuosos con la naturaleza o de consumir menos. Reside en replantearnos nuestra propia estructura como sociedad. Pero creo que esta conciencia, este despertar, pasa por cada uno de nosotros. Es algo muy profundo que debe superar lo políticamente correcto.

Necesitamos que nuestros líderes, las empresas en las que trabajamos, las grandes corporaciones a las que compramos, cambien el paradigma. Ya está bien de querer ganar cada vez más y más. Como decía el rey en el cuento: «¡Quiero ser rico, inmensamente rico!» Este modelo no es sostenible.

Y aunque hay muchas personas y empresas que ya han cambiado su foco, necesitamos más. Muchas más. Nos estamos quedando sin tiempo. Para nosotros mismos.

¿Y qué podemos hacer?
No quedarnos callados, ¡ya no! Podemos empezar realizando aquellas acciones que estén en nuestra mano. Desde aquello que se nos da bien, siempre que el foco esté en lo colectivo y no en lo individual.