Vivimos en una sociedad que nos empuja constantemente a buscar más: más experiencias, más logros, más validación. En este contexto, el FOMO (Fear of Missing Out), o «miedo a perderse algo», actúa como una niebla que lo envuelve todo. Nos hace correr, buscar, hacer más, creyendo que siempre nos falta algo. Pero esa niebla no viene de fuera. Es nuestra mente generando ruido, proyectando carencias y temiendo quedarse atrás.
El filósofo Theodor W. Adorno lo expresó bien:
«La filosofía consiste en el esfuerzo del concepto por curar las heridas que necesariamente inflige el propio concepto.»
Nuestra mente funciona de manera similar. Crea pensamientos rumiantes —críticos, catastróficos, autodestructivos— y, cuando no puede entenderlos, genera aún más ruido: más actividades, más distracciones, más humo. Es un círculo vicioso. Cuanto más ruido hacemos, más actividades necesitamos y, por tanto, más densa se vuelve la niebla en nuestra cabeza.
Qué curiosa es esta palabra: pre-ocuparse. Ocuparse antes… ¿de qué? Nos desgasta anticipar problemas que quizás nunca ocurran, mientras descuidamos lo único que realmente importa: el ahora. Lo que nuestra mente realmente necesita para funcionar no es ruido, es calma. En la calma es donde podemos escucharnos y encontrar respuestas.
Esa niebla es el FOMO: la ilusión de que lo importante está en lo que nos falta, en lo que otros están haciendo, en lo que no alcanzamos a ver. Pero lo paradójico es que, al correr tras ella, nos alejamos de lo único que realmente importa: el ahora.
El presente no necesita ruido. En el ahora no hay espacio para la incertidumbre, porque no cabe nada más que lo que es. En el presente, el pasado no nos martiriza ni el futuro nos paraliza. El silencio que tanto tememos no es vacío. Es el refugio. Es donde la niebla se disipa y, finalmente, podemos ver con claridad lo que siempre ha estado ahí: lo esencial.
A veces, esa niebla mental que nos rodea no desaparece sola. Necesitamos conversaciones con personas que nos ayuden a desmontar esos miedos, a observarlos desde otro ángulo y encontrar nuevas respuestas. Desde Proyecto DREAMIT, me ofrezco a ser esa mirada externa que disipe la niebla y te ayude a ver tu proyecto con claridad.