Simplificar y simplicidad

Aunque simplificar y simplicidad parecen palabras similares, creo que cada una tiene un matiz distintivo. Simplificar implica reducir algo complejo a algo más sencillo, pero con el riesgo de perder partes importantes en ese proceso. Incluso puede tener una connotación negativa, como si al simplificar estuviéramos dejando de ver la totalidad de un asunto. Por otro lado, la simplicidad no consiste en quitar, sino en evitar añadir de más. Es mantener lo esencial, lo justo, sin sobrecargar.

Ahí, creo, radica la verdadera virtud: vivir con simplicidad. Es elegir no agregar más de lo necesario, no complicar lo que no es y no buscar ser más de lo que ya somos. La vida puede ser tremendamente compleja, pero vivirla con sencillez requiere mirar lo pequeño, lo manejable, lo que está aquí y ahora.

Estos son los 10 mejores momentos de tu vida ¿Te imaginas?

A mí, no me funcionaría. Soy incapaz de elegir un color favorito. Cuando me preguntan por mi película o libro favorito, colapso. Primero, porque no lo recuerdo, y segundo: ¿por qué tengo que elegir? Me niego a tener favoritos y a limitarme. ¿Para qué? ¿Para que nos encasillen? ¿Para decir que eres de los que les gusta tal cosa?

Así es como veo a las personas: como seres complejos, formados por millones de combinaciones que nos hacen únicos. Por eso no creo en fórmulas mágicas, métodos universales ni teorías simplistas. Sí, lo sé, soy un poco anárquica. Para mí, esas “soluciones” en vez de dar seguridad, nos limitan, nos dicen qué es lo correcto para nosotros sin entendernos realmente.

Esto es lo que quiero hacer en las Exploraciones Creativas, personalizadas, porque cada acompañamiento es único. Lo que le sirve a una persona, no necesariamente le sirve a otra. Sobre todo, a quienes sienten la necesidad de emprender un viaje interno. Porque, al final, lo importante es el camino, no solo el destino.

Vamos a empezar desde lo profundo y auténtico, para luego avanzar hacia lo concreto y tangible, cambiando la perspectiva. Es como vaciar esa mochila pesada que llevamos: llena de creencias que nos limitan, aprendizajes ajenos que hemos acumulado, o cosas que ya no nos representan. Solo dejaremos lo esencial, lo verdaderamente importante.

Es un viaje sin un guion preestablecido, pero con mucho espacio para el descubrimiento y la creación, sin miedo, porque todo estará bien. Solo tiene que salir de un lugar auténtico, de nuestra esencia única. Desde ahí, construiremos ese proyecto que te emociona. Puede estar en cualquier etapa: aun en ideas, en desarrollo, o quizá ya exista, pero quieras reinventarlo. Y cuando digo “proyecto”, puede ser algo personal, profesional o una mezcla de ambos. Puede ser pequeño o ambicioso. Lo único que importa es que sea importante para ti.

Si algo de lo que has leído aquí te resuena, me encantaría que lo compartieras conmigo.