Querido proyecto, no eres tu soy yo

Querido proyecto,

No eres tú, soy yo.

Antes me levantaba con ganas de crearte. Ahora solo pienso en sostenerte.
Te adapté, te ajusté, te perfeccioné… hasta que un día dejé de reconocerte.
Hacerte mi propósito convirtió mi deseo en prisión.

No fue de golpe. Fue poco a poco.
Entre lo que había que hacer y el deseo de que crecieras.
Entre lo que los demás esperaban y lo que necesitaba para que funcionaras.

Y aquí estamos.
Sigues siendo esencial, pero ya no me emocionas igual.
Pienso más en sostenerte que en impulsarte.

Necesito verte desde otro lugar.

Hay un momento en el que todo empieza a pesar.
Tu proyecto sigue ahí, pero la relación con él ha cambiado.
Lo que antes te impulsaba ahora se siente como una carga.
Las ilusiones están enterradas bajo plazos, métricas y expectativas.

Desde Proyecto DREAMIT no te ofrezco soluciones infalibles.
Ni fórmulas magistrales para mejorar tus números.

Lo que te ofrezco es un espacio apartado del ruido diario,
donde puedas explorar nuevas posibilidades y desbloquear lo que te motivaba.
Un lugar donde todo es posible.

Un respiro. Una pausa para mirar tu proyecto con otros ojos.
Un espacio donde la incertidumbre no asusta, sino que abre caminos.
Donde la creatividad no es solo una herramienta.
Es la brújula que te vuelve a emocionar.

Mantenerse en la incertidumbre como proceso creador

Como sociedad nos han enseñado la conjunción entre problema-solución de manera automática, instantánea. Cuéntale un problema a alguien y te dará una solución en segundos, probablemente la más evidente.

Pero si realmente quieres hacer algo distinto, algo más acorde a ti, mantenerse en la incertidumbre es necesario.

La incertidumbre es ese espacio donde todo es posible. Pero, por alguna razón, la mente se va a lo malo, a lo catastrófico.

Lograr quedarse ahí, soportar esa presión silenciosa, el tic-tac del reloj, el deseo de salir cuanto antes, te empuja a encontrar una solución rápida.

Pero ¿y si nos entregamos a la incertidumbre como una ventana de crecimiento y de posibilidades?

Ahí es donde entra la divergencia del pensamiento, la capacidad de ampliar la mirada y encontrar nuevos caminos. Es ahí donde la creatividad se exponencia.

Cuando tu mente empieza sus frases con «¿Y si…?», sin juicios, sin límites, sin expectativas, es cuando la magia se hace posible.

Te invito a pensar más allá, a transitar la incomodidad y a darte ese espacio para explorar un mundo de posibilidades.

Y si quieres que te acompañe, dame un silbidito.

Cuando el jardin eres tu

Ya no recuerdas bien cómo era al principio. Hay alguna foto en blanco y negro, borrosa, donde solo se ve un trozo del jardín. Ahora lo miras y te gusta, sí… pero notas el paso de los años. Ya no es el mismo. Hay una cierta decadencia en la que te reconoces, pero que no termina de convencerte.

Has probado muchas cosas. Nuevos abonos, pero tu presupuesto no da para renovar la tierra constantemente. Además, hay zonas donde la luz apenas llega, ocultas bajo la densa vegetación. Te encariñaste con unas flores exóticas que viste en una revista, compraste las semillas, seguiste todos los pasos… pero nada, no crecían. ¿Por qué en esos jardines de revista todo parece salir perfecto? Y entonces te das cuenta: tu jardín no está en un clima tropical.

Te encantaría que luciera diferente, sabes que tiene potencial, pero empezar de cero te da pena. Todo lo que ha crecido ahí tiene una historia. Desperdiciar ese potencial sería una lástima. Has pensado en contratar a un paisajista, pero temes que entonces ya no sería tu jardín.

Cada mañana te sientas a contemplarlo con una taza de té caliente. Te dices a ti misma que tal vez deberías aceptarlo como es. Pero en el fondo, esa decadencia te entristece. No te conformas.

Un día, en una de tus múltiples visitas al vivero, conversas con alguien sobre tu desencanto con el jardín. Esa persona te escucha atentamente y se ofrece a visitarlo contigo.

Mantenéis una conversación en la que el tiempo parece desaparecer. No hay soluciones mágicas, solo preguntas y observación. Mientras habláis vais caminando, mirando y analizando. Tienes unas tijeras en la mano, cortas aquí y allá. Quitas la maleza, trasplantas o retiras algunas plantas, podas los arbustos que se habían descontrolado y, ahora que está más despejado, siembras aquellas semillas que realmente encajan con tu tierra.

Cuando os alejáis para contemplarlo, el jardín sigue siendo el mismo, pero ahora realmente se ve como tú sabías, en el fondo, que podía lucir. Con su esencia intacta, pero con un orden que le da nueva vida.

🌿 Si este jardín fuera la representación de tu espacio personal y profesional…

¿Qué necesita más luz y espacio para crecer?
¿Qué partes han perdido fuerza y podrías podar?
¿Qué semillas te gustaría plantar para el futuro?

Si estás en ese momento de preguntarte qué hacer con todo lo que has cultivado en tu camino profesional, en las exploraciones creativas del Proyecto DREAMIT te acompaño a mirar tu proyecto con nuevos ojos. A través de un proceso visual y estratégico, exploramos desde la raíz hasta las hojas, para redescubrir su potencial, despejar lo que ya no aporta y dar forma a nuevas posibilidades que realmente encajen contigo.

Proyecto DREAMIT. Cuando el proyecto eres tú. ¿Exploramos?

¿Hay alguien del otro lado?

Estamos comunicándonos todo el tiempo, pero ¿realmente nos estamos escuchando? La forma en que aprendimos a comunicarnos ha cambiado. Las reglas del juego ya no son las mismas. O, mejor dicho, ni siquiera hay reglas claras. Basta con un emisor y un mensaje para que parezca que hay comunicación, pero ¿qué pasa con la escucha, la conexión real?

En esta era digital, la comunicación está mediada por algoritmos. Deciden a quién, cómo y cuándo mostrar un mensaje, y miden su impacto en milisegundos. Pero, ¿qué pasa con lo más importante? El mensaje en sí queda en segundo plano.

Consumimos información a una velocidad que supera nuestras posibilidades de retención. Al final del día, ¿cuánto de lo que leemos nos impacta de verdad? Entre tanto ruido, la comunicación se desdibuja, y lo que queda es residuo digital. Probablemente recuerdes las conversaciones más cercanas o alguna noticia que te ha marcado, pero ¿y el resto?

Si para alcanzar a más personas dependemos de las redes sociales (como si fueran bombas arrojadas desde aviones), nuestra comunicación queda profundamente condicionada. Los elementos esenciales que conforman cualquier acto comunicativo se alteran por completo debido al propio medio y sus características:

  • El emisor ajusta su mensaje para encajar en formatos y algoritmos, perdiendo autenticidad.
  • El receptor es una audiencia difusa y anónima, cuya respuesta se mide en métricas, no en comprensión.
  • El mensaje se simplifica para captar atención, sacrificando profundidad.
  • El canal filtra y decide qué se ve y qué no.
  • El contexto desaparece; los mensajes se leen fuera de su intención original.
  • La retroalimentación es una ilusión; no hay un diálogo real, solo números.
  • Las barreras digitales, como el ruido y las distracciones, multiplican las dificultades para conectar.

En este contexto, comunicar se convierte en un reto. ¿Estamos enviando mensajes al vacío, esperando que alguien los recoja, los interprete y, con suerte, responda?

Como decía The Police en su famosa canción:
«I hope that someone gets my message in a bottle…»
«Only hope can keep me together.»

Mi mensaje en mi botella diría algo así:

Querido lector,
Gracias por tomarte el tiempo de recoger esta botella, abrirla y leer su contenido. Quiero que sepas que estoy aquí, para acompañarte, para pensar contigo, para explorar ideas y buscar caminos diferentes. Sin prisas, sin fórmulas predefinidas.

Si crees que podemos compartir un café virtual o en persona, me encantará escucharte y buscar juntos nuevas formas de conectar.

Y si solo estás del otro lado, leyendo esto en silencio, también está bien. Porque, al final, quiero confirmar mi teoría: que sigue habiendo gente al otro lado.

La semilla de una idea: Proyecto DREAMIT

Este proyecto nació de manera natural, al escucharme a mí misma, entendiendo mis fortalezas y debilidades, y diseñando mi proyecto ideal: ayudar a personas y empresas en sus proyectos, facilitando su camino creativo. Gracias a mi pensamiento transversal, he podido plantear nuevas maneras de ver, donde la incertidumbre crea un espacio de cambio, y me apasiona ese momento de descubrimiento en el que, de repente, todo parece posible.

El nombre Proyecto DREAMIT no fue una elección casual. Cada palabra tiene un significado especial que refleja lo que este espacio representa y cómo acompaño a las personas y empresas en sus sueños e ideas.

Proyecto. Lo concibo como un espacio de desarrollo, tanto para los proyectos a los que acompaño como para el mío propio, porque ¿acaso no estamos todos en constante evolución?

DREAMIT. Este nombre me ha acompañado desde mis primeros pasos en el mundo digital. Es un espacio donde las ideas y sueños pueden crecer, explorarse y transformarse en algo más. Porque un sueño, como una semilla, necesita cuidado para crecer.

¿Vale que… podamos soñar e imaginar aquello que nos ilusiona?, como cuando jugábamos de pequeños y todo estaba permitido. No dejemos que nuestras ideas se queden esperando o se descarten antes de nacer.

Como decía Viktor Frankl, «La vida tiene que tener un propósito, un sentido.» A veces, ese sentido comienza simplemente dándole un espacio a nuestras ideas, explorándolas y viendo qué forma pueden tomar.

Por eso, te invito a explorar esos sueños pospuestos: «Si me tocara la lotería, haría…», «Si me despidieran del trabajo, haría…», «Si tuviera tiempo, haría…». ¿Por qué no ahora? Tal vez no puedas hacerlos realidad hoy, pero al menos definirlos te puede ilusionar.

¿Me cuentas tu sueño?

Come in, We are opened!! ¿Cómo puedo serte de ayuda?

Este espacio lo he creado para personas como tú, que tienen un proyecto en marcha o una idea en mente, pero sienten que hay algo que no termina de encajar. Tal vez te falta tiempo, quizá no tienes claro por dónde avanzar, o simplemente necesitas un poco de claridad. Ahí es donde entro yo: para acompañarte y ayudar a explorar el potencial de tu proyecto, dándole el empuje que necesita. Porque ¡No estás solo!

Al igual que tú, también estoy comenzando una nueva etapa, y quiero ofrecerte mi experiencia. Por eso, para quienes sientan curiosidad o necesiten apoyo, propongo una primera sesión sin coste, a ver donde nos lleva. Y si eres la primera persona que se anima, te ofrezco una mentoría artesanal completa de manera gratuita.

¿En qué consiste la mentoría? Según la fase en la que se encuentre tu proyecto, podemos trabajar en los siguientes aspectos:

FASE DESCUBRIMIENTO
Sabes que quieres emprender, pero no tienes claro por dónde empezar. Vamos a encontrar aquello que conecta con tu esencia y donde realmente te sientas a gusto.

FASE DEFINICIÓN
Tienes una idea clara, pero aún no le has dado forma, o la forma que tiene no termina de convencerte. Te acompañaré para que tu proyecto evolucione en la dirección que realmente quieres.

FASE CRECIMIENTO
Tu proyecto está en marcha, pero hay aspectos que quieres mejorar o ampliar. Enriqueceremos lo que ya has construido y exploraremos nuevas posibilidades para llevarlo al siguiente nivel.

Si tienes dudas, escríbeme y charlamos para ver cómo puedo ayudarte. A veces, una conversación es suficiente para despejar el camino. Dos pares de ojos ven más que uno.

Si no estás en el mundo del emprendimiento y trabajas en una empresa, también puedo ofrecerte apoyo en exploraciones creativas para ampliar perspectivas y añadir valor a tus proyectos actuales. Solo tienes que contactarme, y veremos qué caminos podemos recorrer.

¡Espero que tengas una buena semana!

Saludos,
María Pérez Martín

Estos son los 10 mejores momentos de tu vida ¿Te imaginas?

A mí, no me funcionaría. Soy incapaz de elegir un color favorito. Cuando me preguntan por mi película o libro favorito, colapso. Primero, porque no lo recuerdo, y segundo: ¿por qué tengo que elegir? Me niego a tener favoritos y a limitarme. ¿Para qué? ¿Para que nos encasillen? ¿Para decir que eres de los que les gusta tal cosa?

Así es como veo a las personas: como seres complejos, formados por millones de combinaciones que nos hacen únicos. Por eso no creo en fórmulas mágicas, métodos universales ni teorías simplistas. Sí, lo sé, soy un poco anárquica. Para mí, esas “soluciones” en vez de dar seguridad, nos limitan, nos dicen qué es lo correcto para nosotros sin entendernos realmente.

Esto es lo que quiero hacer en las Exploraciones Creativas, personalizadas, porque cada acompañamiento es único. Lo que le sirve a una persona, no necesariamente le sirve a otra. Sobre todo, a quienes sienten la necesidad de emprender un viaje interno. Porque, al final, lo importante es el camino, no solo el destino.

Vamos a empezar desde lo profundo y auténtico, para luego avanzar hacia lo concreto y tangible, cambiando la perspectiva. Es como vaciar esa mochila pesada que llevamos: llena de creencias que nos limitan, aprendizajes ajenos que hemos acumulado, o cosas que ya no nos representan. Solo dejaremos lo esencial, lo verdaderamente importante.

Es un viaje sin un guion preestablecido, pero con mucho espacio para el descubrimiento y la creación, sin miedo, porque todo estará bien. Solo tiene que salir de un lugar auténtico, de nuestra esencia única. Desde ahí, construiremos ese proyecto que te emociona. Puede estar en cualquier etapa: aun en ideas, en desarrollo, o quizá ya exista, pero quieras reinventarlo. Y cuando digo “proyecto”, puede ser algo personal, profesional o una mezcla de ambos. Puede ser pequeño o ambicioso. Lo único que importa es que sea importante para ti.

Si algo de lo que has leído aquí te resuena, me encantaría que lo compartieras conmigo.