El tiempo es un constructo social que hemos creado según las necesidades del momento. Pero está ocurriendo algo curioso. ¿Lo has notado? CADA VEZ PARECE DURAR MENOS. Se nos escapa, no alcanza. Antes el tiempo era algo que se tenía, ahora es algo que falta.
Es tan artificial y subjetivo que cambia según dónde vivamos y qué estemos haciendo. En la ciudad, todo va rápido; las horas no dan de sí. En el campo, el tiempo parece expandirse. Y hay momentos en los que se vuelve insoportablemente lento, como cuando haces 100 abdominales o esperas una respuesta importante.
El tiempo no siempre fue como lo entendemos hoy. Se ha ido creando y transformando según las necesidades de cada época. En la antigüedad, los ciclos del sol y la luna marcaban el tiempo para la recolección. En la Edad Media, los monasterios dividieron el día para la oración. Con la Revolución Industrial, el tiempo se convirtió en una herramienta de productividad, adaptado a jornadas de trabajo y horarios de trenes.
Hemos aprendido que el tiempo es algo lineal, que avanza del pasado al futuro. Pero en realidad, solo existe el presente.
El pasado no es más que un almacenamiento subjetivo de lo que percibimos, que el presente va distorsionando. Una historia que nos contamos, y que alteramos cada día. Una fantasía.
El futuro, por otro lado, nunca llega. Es un horizonte que se va desplazando a medida que avanzamos. Una ilusión, llena de expectativas.
Si lo piensas, el tiempo no es algo físico que transcurre fuera de nosotros, sino un fenómeno interno de la conciencia. Subjetivo. Lo único que realmente existe es el presente continuo.
Quizá, cuando dejamos de cuantificarlo, de medirlo, de obsesionarnos con aprovecharlo, podemos permitirnos perdernos en el tiempo en vez de perder el tiempo.
Porque al final, no podemos perder algo que nunca existió.
Y es justo desde ahí, desde ese presente consciente y profundo, desde donde exploramos en Proyecto DREAMIT: conectando, creando y transformando. Esa es la esencia:
«Siempre es mejor perdernos en el tiempo que perder el tiempo.»
Esa es la invitación desde donde exploramos: nuevas formas de entender, conectar y transformar proyectos, siempre con un enfoque auténtico y profundo.